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Derechos Humanos y Constitución: ¡es nuestra oportunidad!

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La historia reciente de nuestro país está fuertemente marcada por las violaciones sistemáticas a los derechos humanos cometidas durante la dictadura y también por aquellas que han cometido agentes del Estado en el marco de movilizaciones sociales o de levantamiento de demandas de los pueblos indígenas. ¿De qué manera se integran los derechos humanos en la Constitución de 1980? ¿Cuánta importancia tienen para nuestro ordenamiento jurídico? ¿Qué mecanismos existen para resguardar estos derechos? ¿Cómo impacta esto en la realización de nuestros derechos humanos? En este curso abordaremos esos temas y obtendrás herramientas para que, juntos, convirtamos el proceso constitucional en un hito clave que nos permita fijar un nuevo paradigma en materia de derechos humanos en la Nueva Constitución.

Marzo 2, 2021. Por Corporación Humanas

¿Qué son los derechos humanos?

¿Sabías que los derechos humanos han nacido tras años de luchas sociales y que nos pertenecen a todos y todas, sin excepción? ¿Crees que una nueva Constitución tiene que incluir nuestros derechos? Vamos, primero, a entender qué son los derechos humanos y cómo han ido cambiando con la historia ¡Comencemos!

¿Qué son los derechos humanos?

Son el conjunto de derechos fundamentales, esenciales y permanentes de los que somos sujetos todas las personas sin distinción alguna, sólo por el hecho de ser humanos. En general, los derechos humanos están consagrados en las leyes de cada país, principalmente en sus Constituciones. A partir de la Segunda Guerra Mundial, los Estados del mundo se pusieron de acuerdo en un conjunto de derechos mínimos a los que los Estados se obligaban para con sus ciudadanos. Con el tiempo y el desarrollo del Derecho Internacional de los Derechos Humanos (DIDH), se ha llegado a complementar el derecho constitucional con el DIDH, lo que refuerza su validez y su propósito: la efectividad de los derechos humanos para todas las personas, independiente de su nacionalidad, en cada Estado. 

Los derechos humanos representan, por un lado, un mandato de respeto al poder público: el Estado no puede intervenir en nuestras vidas de forma arbitraria vulnerando nuestra dignidad, por ejemplo, mediante discriminaciones, abusos o la fuerza; por otro, son un mandato de garantía para que el Estado actúe en favor de las personas, para que estas puedan desplegar vidas plenas en lo personal y lo colectivo, favoreciendo el goce de nuestros derechos. 

Los DDHH poseen un conjunto de características:

Son universales

Toda persona humana es titular de ellos, sin importar su identidad ni el lugar, época, contexto social, político, cultural o jurídico en que se sitúe.

La universalidad de los DDHH constituye su principal potencia. La infinidad de diferencias que existen entre las personas no distinguen en cuanto a su dignidad: todas las personas somos igual de dignas y por tanto, merecedoras de iguales derechos.

Relativismo cultural

Hay quienes critican esta afirmación indicando que el concepto de dignidad humana enarbolado por el Derecho Internacional de los DDHH es parcial y que está fundado en una ética política determinada, no neutra. Dicen que esta ética se relaciona con aquello que los Estados occidentales más poderosos del mundo consideran correcto, expresando una visión hegemónica, no universal. Esta crítica se ha denominado “relativismo cultural”.

Por ejemplo, existen países en que la discriminación por creencias religiosas es estructurante del modelo de sociedad y, en ese sentido, constituiría una imposición ilegítima la exigencia de terminar con aquella forma de discriminación, pudiendo, incluso, vulnerar la libertad de culto. En torno a este nudo político, la defensa de los DDHH consiste en establecer que la libertad de culto no puede excusar tratos vejatorios, violencia sexual, privaciones en el ámbito educacional, entre otras, lo que no constituye un ataque a la soberanía de un pueblo, si no sostener estándares básicos para la vida.

Son irrenunciables, inalienables e imprescriptibles

Nadie se puede desprender de los propios ni adquirir los de otra persona. No se pueden transar o intercambiar, ni despojar a las personas de ellos. El paso del tiempo no afecta en modo alguno la vigencia de estos derechos.

Son indivisibles, interdependientes e integrales 

Esto implica que entre los derechos no hay unos más importantes que otros, sino que todos están relacionados entre sí, y que la violación de uno generalmente impacta o viola otros derechos.

¡La conquista de nuestros derechos!

En la historia de la humanidad, los derechos humanos representan una conquista conseguida por el avance de la noción de dignidad humana y luchas sociales. En siglos y décadas pasadas, y aún en estos tiempos, son muchas las sociedades y los Estados que han negado la dignidad a las personas y a los pueblos, vulnerando y atropellando sus derechos, tanto por acciones o hechos, como por el establecimiento de leyes injustas. 

Los DDHH surgen a partir de la Segunda Guerra Mundial como un consenso ético y político para evitar que horrores como los del régimen genocida de los nazis pudieran volver a repetirse. En ese contexto, en el año 1948 se suscribió la Declaración Universal de Derechos Humanos.
 

El liberalismo

Pero la idea de derechos que limitan el poder estatal es anterior a esta declaración y acompaña a la humanidad a partir del surgimiento de los Estados modernos, con el movimiento de la Ilustración y el racionalismo, de la mano del surgimiento del liberalismo como corriente política. Desde mediados del siglo XVII, se elaboraron ideas de restricción del poder estatal, de justificación del ejercicio de la soberanía y de defensa de diversos derechos, tales como la libertad religiosa, el derecho a la vida, a la propiedad, al libre tránsito, entre otros. 

¿Con que todos somos iguales? 

Con el correr de las décadas y los sucesos políticos y sociales, estas nociones fueron ampliándose. Así, los derechos humanos han ido recorriendo el camino hacia su universalidad hasta llegar a ser un patrimonio de todas las personas por el solo hecho de serlo. 

De derechos concebidos solo a hombres, adultos, europeos, de clase alta, letrados, que profesaban la religión oficial de su respectivo Estado, y a través de una lucha constante en el tiempo de los colectivos y grupos excluidos, se incorporaron a esta titularidad: las mujeres, grupos y colectivos subalternos, como los pueblos indígenas o las personas afrodescendientes (antes casi no reconocidas como humanas) las sexualidades disidentes; las niñas, niños y adolescentes; las personas, sin distinción religiosa; las personas pobres, entre otros, hasta abarcar a toda la humanidad bajo la idea de universalidad.

Los derechos humanos representan una conquista histórica en el tiempo y son por tanto dinámicos, ya que avanzan de la mano del desarrollo de las ideas políticas y de dignidad que los sustentan, así como de las luchas por el reconocimiento de derechos de grupos o colectivos desaventajados de nuestras sociedades.

¡Cada vez más derechos!

Los derechos humanos protegen a las personas en todos los ámbitos de la vida. Así, los derechos civiles y políticos aluden a la libertad y a la participación en una sociedad; los derechos económicos, sociales y culturales, a las condiciones materiales mínimas para llevar una vida digna; y los derechos de los grupos históricamente excluidos reconocen además derechos específicos para dichos grupos. ¡Veamos!

Los derechos civiles y políticos

Se refieren a la esfera íntima de la persona y a su autonomía para decidir sus planes de vida sin injerencia de terceros. Incluyen el derecho a la vida, a la privacidad, a la seguridad, la prohibición de la tortura y de la esclavitud, entre otras. 

Los derechos políticos, por su parte, buscan garantizar la participación de las personas en su comunidad política, destacando el derecho a voto, el derecho a elegir a sus representantes y principales autoridades gubernamentales, a postular a cargos de elección popular y a participar en la formulación de las políticas públicas, en su ejecución, y ocupar cargos públicos en todos los planos, incluido el internacional. 

Los derechos económicos, sociales y culturales 

Incluyen el derecho a la salud, a la educación, a la seguridad social, al trabajo, a la huelga, a la vivienda y al agua, entre otros. Amplían la noción de ciudadanía, concibiéndola no solo como las libertades y derechos civiles, sino que incluyendo  las esferas de la vida de las personas que le otorgan bienestar y condiciones para su desarrollo, y que condicionan el ejercicio de la democracia.

Los derechos de no discriminación

Se relacionan con personas y colectivos que a lo largo de la historia han vivido en desventaja o desigualdad en relación al ejercicio de sus derechos humanos, debido a desigualdades en el ejercicio del poder fuertemente arraigadas en las sociedades. Debemos visibilizar y reconocer estas relaciones de poder para que efectivamente estos grupos y personas puedan ejercer sus derechos en igualdad de condiciones con los grupos a los que históricamente se encuentran subordinados. Es en relación a estos grupos que se entiende el poder emancipador de los derechos humanos. 

El derecho a no ser discriminado constituye una piedra angular del Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

Lecturas para profundizar 

Carpizo, J. (2011). Los derechos humanos: Naturaleza, denominación y característica. Revista Mexicana de Derecho Constitucional.  

Instituto Nacional de Derechos Humanos, INDH (2010). Situación de los derechos humanos en Chile. Informe anual 2010.

Instituto Nacional de Derechos Humanos, INDH (2017). Informe de DDHH para estudiantes, INDH

Nash, C. (2008). La justificación de los derechos humanos en el sistema internacional y sus consecuencias legitimadoras en una sociedad democrática. R

Squella, A. (2011). Los derechos fundamentales de la persona humana. En Introducción al Derecho, pp. 197- 257. Santiago de Chile: Editorial Jurídica de Chile.

Corporación Humanas

Corporación Humanas es un centro de estudios y acción política feminista, que promueve y defiende los DDHH de las mujeres y la justicia de género en Chile y Latinoamérica. Tiene más de 14 años promoviendo la participación social y política de las mujeres, a través de campañas de promoción y estrategias de incidencia.