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Un logro más para la participación política de las mujeres en Chile: las tareas de cuidados como gasto de campaña

Javiera Cabello Robertson*

En Chile, las mujeres hemos sido discriminadas de forma sistemática y persistente por el Estado cuando de participación se trata; basta con recordar que hasta el año 1949 estuvimos privadas del derecho a sufragio, o que recién el año 1989 logramos que las mujeres casadas dejarán de ser consideradas incapaces en términos legales.

Durante estos 72 años desde nuestra primera conquista por el derecho a una participación en la vida política de manera igualitaria, con avances y retrocesos, hemos logrado ser parte de instituciones estatales y políticas. Uno de esos avances sustantivos es la incorporación de cuotas en las elecciones parlamentarias de 2017, que permitió el incremento de casi un 7% en la composición del Congreso, muy superior a los 1,6 puntos promedio que paulatinamente aumentaban desde el año 1989. Así, de 15,8% de representantes femeninas se aumentó a 22,6% en la Cámara de Diputados (de 19 a 35 diputadas, de un total de 155 escaños) y a 23,3% en el Senado (de 6 a 10 senadoras, de un total de 43 escaños)

Sin embargo, en las últimas elecciones de gobiernos locales fueron electas un 12% de alcaldesas, 22% de concejalas y un 17% de consejeras regionales, cifras incluso menores que elecciones previas, según los datos disponibles en el Servel. Esto revela que seguimos sumidas en una profunda subrepresentación política, ya que no se consideran refuerzos legales y administrativos en todos los cargos de elección popular para superar las barreras que sufrimos las mujeres en política. 

En ese sentido, las movilizaciones sociales ocurridas en nuestro país, cuya cúlmine fue el proceso de revuelta que comenzó en octubre de 2019, permitieron empujar los límites transversalmente, asegurando a Chile la posibilidad de tener la primera Constitución escrita paritariamente en el mundo. No obstante, las resistencias se hicieron ver prontamente.

Mientras celebrábamos nuestra victoria por la reforma constitucional que establecía el mecanismo de cebra en la elección de delegados a la Convención Constitucional, el Servicio Electoral de Chile (Servel) no tardaba en desfigurar las posibilidades de concretar la paridad aceptando candidaturas y listas que no cumplieron con los requisitos establecidos en la norma.

Tareas de cuidados y participación política

Somos las feministas quienes hemos levantado desde hace muchos años las diversas contradicciones generadas por la invisibilización del trabajo doméstico y de cuidados. Desde las calles y las instituciones, hemos decidido desafiar en todos los niveles la resistencia estructural hacia nuestra incorporación plena a la vida política.

Orgullosas de nuestros avances, pero con un Servel anacrónico y sin iniciativa de ir estableciendo mecanismos efectivos para una adecuada participación de las mujeres y disidencias sexuales, decidimos como Frente Feminista del partido Convergencia Social, junto a Abrecaminos -nuestra valiosa plataforma partidaria para el incentivo y promoción de la participación politica de mujeres y disidencias- oficiar al Servel para obtener un pronunciamiento y exigir la posibilidad de rendir en nuestras campañas electorales las labores de cuidado, que no se encontraban consideradas dentro de los items de rendición, pues nuestras mismas compañeras, cuidadoras de sus hijos o de personas en situación de dependencia, experimentaron en carne propia la dificultad de hacer campañas e o incluso hubo quienes, ante el desolador panorama de no tener redes de apoyo y con un Estado que brilla por su ausencia, abandonaron sus ganas de ser candidatas.

La inexistencia del ítem presupuestario es particularmente relevante cuando consideramos que no sólo nos encontramos enfrentando una de las mayores crisis sanitarias de la historia de la humanidad, sino que frente a la agudización de la crisis de los cuidados en el mundo, en donde la población envejece, las mujeres ingresamos al mundo laboral para producir dinero y a la vez cuidar a nuestras familias, es preocupante que no se consideren los cuidados como una labor imprescindible para el sostenimiento de la vida. ¿Nos sorprende? No. ¿Nos indigna y moviliza que a 2021 aún no se considere algo tan relevante como los cuidados? Siempre.

Recientemente, el Servel determinó la incorporación efectiva de un item de cuidados para la rendición de cuentas en las elecciones de concejalías, alcaldías, gobernaciones y convencionales constituyentes, así como para toda elección futura, triunfo que reivindicamos con mucha alegría y teniendo en la memoria los años de movilización de miles de mujeres, que han sido parte de una acumulación histórica y cultural que hoy nos abre las puertas para la eliminación de todas las formas de discriminación hacia las mujeres.

Esperamos con ansias un futuro feminista disidente e inclusivo para Chile, y seguiremos empujando las transformaciones necesarias para que el Estado posibilite una participación sustantiva de quienes hemos sido excluidos de la toma de decisiones. Cuando decimos que la historia nunca más será sin nosotras, es desde la convicción de que una perspectiva feminista de la política no sólo incorpora a quienes somos hoy la mitad de este país, sino que amplía los límites mismos de una debilitada democracia que demanda a gritos una profunda transformación. 

Revisa aquí el Oficio Nº 0836 del SERVEL que establece los gastos en cuidado realizados por las candidatas como gasto electoral ?

OF 0836 Partido Convergencia Social

* Javiera Cabello Robertson es la encargada nacional del Frente Feminista de Convergencia Social de Chile.

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