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Pero no estamos resueltas con la paridad. 

Observando el caso de México y brasileño hacia la paridad y las acciones afirmativas, detectamos tres retos fundamentales de la paridad.  

1. La paridad es el camino, no la llegada. 

La paridad es solo una vía para lograr la participación política de las mujeres. Pero esto no es suficiente, existe un desafío mayúsculo en que los partidos tengan procesos democráticos de selección y recursos suficientes para la formación de liderazgos de mujeres. 

El machismo aún está presente en buena parte de la clase política en partidos y congresos. Nadie quiere soltar y renunciar a sus privilegios.

Son necesarias reformas políticas más profundas y que los partidos estén en el centro del debate.

2. No todas son aliadas de los derechos de las mujeres.

La paridad no inhibe que sean mujeres con prácticas machistas o cercanas a la élite política las que sean quienes lleguen a los espacios de toma de decisión. 

Como ejemplo, podemos observar en Brasil la actuación de la Diputada Chris Tonietto (PL-RJ) que tiene la autoría de 20 proyectos con impacto negativo en la perspectiva de género, entre ellos están legislaciones en temas como aborto, maternidad y derechos sexuales y reproductivos, según un levantamiento realizado por la revista AzMina, 2022.

Entre las barreras para que más mujeres con perspectivas diferentes lleguen a la política institucional están el acceso a recursos, el apoyo partidario y destacamos también las políticas del cuidado. Una mirada hacia los cuidados es fundamental para que mujeres más diversas puedan ingresar a la política. Una vez que son las mujeres racializadas y periféricas hoy las encargadas de cuidar a los hijos de otras mujeres que avanzan en sus trabajos fuera del hogar. 

¿Quiénes son las mujeres que tienen condiciones de dedicar tiempo y recursos a construir una carrera política?

3. Ser mujer en la política es un acto de valentía.

Factores como la violencia política de género pero también la violencia generalizada por el narcotráfico, se vuelven determinantes para que mujeres con liderazgos importantes en sus comunidades decidan no participar, puesto que no hay garantías para su seguridad.

Ser mujer en la política en nuestra región es un acto de valentía, que ha costado vidas, como el caso de la concejala Marielle Franco en Rio de Janeiro, Brasil. 

Precisamos actuar de manera efectiva en la protección de las mujeres candidatas y electas. 

Es un ambiente tan violento a sus cuerpos y existencias la salud mental aquí también es un eje muy importante.

En conclusión, que tengamos un derecho conquistado no significa que dejemos de luchar por ampliarlo e incluso por mantenerlo.

Sobre las autoras:

Dany Fioravanti es comunicadora activista con 13 años de experiencia y especialista en Políticas de Cuidados y Género por CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales). Trabajó en la ONG TECHO en Brasil y Ecuador, en la Secretaría de Políticas y Promoción de la Mujer de Río y, actualmente, es coordinadora de comunicación de Im.pulsa.

 

 

Susana Ochoa es política feminista y fundadora de Futuro, partido local en México. Coordinadora de innovación democrática de Fundación Artemisas en Colombia, asistente de formación de Instituto Update e integrante de la Red de Innovación Política de América Latina. Experta en formación política de mujeres y procesos de incidencia política y comunicación.

 

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Fuentes:

Im.pulsa

Plataforma abierta y gratuita para inspirar, capacitar y conectar a las mujeres, ayudándolas a superar los desafíos políticos y a producir campañas ganadoras. Ofrece formación política para mujeres a través de productos prácticos con lenguaje accesible y afectivo. Im.pulsa es hecha por y para mujeres.